Seamos honestos: no siempre es fácil encontrar la motivación para hacer ejercicio y es aún más difícil cuando simplemente no lo disfrutas. Es importante mantenerte activo, por eso debes aprender a cambiar tu forma de pensar al respecto y crear su propia rutina personalizada.
¿Por qué hacer ejercicio?
Hay cientos de buenas razones por las que vale la pena estar activo. Si bien es posible que hayas escuchado varias de ellas, algunas de las razones menos conocidas son:
- Te carga de energía: Treinta minutos o más de ejercicio vigoroso liberan endorfinas en el cerebro, proporcionándote energía, vitalidad y un intenso subidón natural.
- Ayuda a tu positividad: Los estudios demuestran que el ejercicio es una excelente manera de ayudar a controlar la depresión. No solo libera esas hormonas felices, sino que también ayuda a despejar tu mente del estrés, la confusión y la preocupación.
- Ayuda a tu vida social: Hacer ejercicio con otras personas, ir al gimnasio o practicar deportes puede ser una excelente manera de conocer gente nueva y mantenerse motivados mutuamente.
- Te ayuda a dormir: Trabajar el cuerpo y despejar el cerebro asegura una buena noche de sueño y puede ayudar a regular los patrones de sueño problemáticos.
Si realmente odias la idea de hacer ejercicio, es importante que intentes cambiar tu forma de pensar, de lo contrario, nunca te levantarás y te pondrás activo. Te compartimos algunas recomendaciones:
1. No uses la temida palabra “ejercicio”: Si realmente te resistes a la idea de “hacer ejercicio”, intenta pensar en ello como “estar activo” o “sentirte saludable”. Una excelente manera de comenzar es aumentar la cantidad total de movimiento y actividad en tu día, como caminar hasta una parada de autobús más distante o usar las escaleras en lugar del ascensor. Hay muchas aplicaciones que pueden ayudarte a realizar un seguimiento de tu actividad diaria general o motivarte a caminar, digamos, 10,000 pasos por día.
2. El ejercicio no tiene por qué ser en un gimnasio sudoroso: Si la idea de pasar el rato con un montón de gente sudorosa en una habitación con demasiados espejos te da escalofríos, no lo hagas. Sal al aire libre, ve a bailar, corre en la playa o da un paseo en bicicleta, hay muchas formas de hacer ejercicio y todas cuentan.
3. No te debe encantar la idea de hacer ejercicio: Bien, aquí está la cosa. Lo ideal es que consigas un ejercicio que te guste y te motive. Pero, si estás luchando por encontrar algo que te guste hacer, piensa en ponerte activo de la misma manera en la que piensas en cepillarte los dientes; no te encanta, pero lo haces de todos modos, porque es bueno para ti. Quién sabe, tal vez con el tiempo puedas aprender a que te guste.
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